Notas para un debate en IU, ante los nuevos hechos políticos y la nueva realidad

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Compañeros y compañeras: nos encontramos ante una nueva situación política, tanto en el terreno internacional como en el nacional.

La autoría de este documento, emanada de personas elegidas en la Coordinación Federal de IU en el ámbito de la candidatura de “IU, sí; con más fuerza”, teníamos el convencimiento de que el análisis político de esos hechos comenzaría en la pasada reunión de la Coordinación Federal del sábado día 12 de noviembre, al objeto de propiciar el debate que es necesario en toda la organización. Pero no fue así. El análisis  presentado fue una mera descripción, y casi una relectura de noticias de prensa y datos  estadísticos.

No estamos en contra de nada sustancial de lo que en ese análisis se dice (por eso no votamos en contra), pero lo consideramos radicalmente insuficiente. De ahí que este documento se sitúe en el desarrollo y profundización del mismo. No queremos hacer un debate académico, sino  avanzar en valoraciones que permitan una práctica política lo más correcta posible.

No se trata de cuestionar los resultados de la XI Asamblea de IU. Ni Trump había ganado las elecciones presidenciales en EE.UU., ni se había formado el nuevo Gobierno, ni el PSOE se encontraba en una crisis profunda. Ningún documento podía tener en cuentcartel344a acontecimientos de esa envergadura, ni la dinámica que esos hechos van a introducir en la vida política del país.

Pero no podemos seguir trabajando como si nada de eso hubiera ocurrido, ni conformarnos con el análisis de los recortes de la prensa. La obligación de la Dirección política de cualquier organización es proporcionar los elementos fundamentales que permitan a la afiliación ajustar su actividad política práctica a la realidad.

Con toda modestia queremos contribuir a subsanar esa deficiencia. En modo alguno este documento es un catálogo de conclusiones, pero esperamos que sí ayude proporcionar  un esquema de problemas, circunstancias y valoraciones que permitan obtener ideas para fundamentar el trabajo.

Son los hechos los que avalan los análisis políticos y los que pueden cuestionar las teorías. Nosotros no seremos fieles a una hoja de ruta rápidamente envejecida.

florA.- La demanda de un debate profundo y serio sobre la nueva realidad política es urgente y debe comenzar ya.

I.- Nos encontramos ante un nuevo ciclo político que se caracteriza por:

a.- En lo internacional, el triunfo de Trump, que puede tener una envergadura casi sistémica (en función de cómo se desarrolle la pugna entre los dos modelos capitalistas de salida de la crisis, el representado por Clinton y las grandes multinacionales, apoyado en la expansión de la globalización, y el representado por Trump que considera que la globalización ha sido un error que hay que revertir).

b) En lo nacional, la constitución de un nuevo Gobierno, realmente un tripartito suave. Ese tripartito suave escenifica una representación teatral de la política en la que el PP se reserva la iniciativa, C´s jugará un papel de catalizador de propuestas más razonables, de acuerdo con los intereses del núcleo del capital dominante, y el PSOE jugará el papel de oposición “constructiva” y “eficiente”. No habrá ninguna facilidad para ningún otro tipo de oposición.

La lucha para abrirse un espacio reconocido por el electorado será muy dura y exige rediscutir nuestro trabajo en el marco de la nueva correlación de fuerzas parlamentarias.

II.-Ambas coordenadas sitúan muy bien la nueva realidad y obligan al análisis en profundidad que defendemos. Algunos elementos iniciales de ese análisis son los siguientes:

>  Estamos ante un nuevo ciclo político. No solamente ha terminado un ciclo electoral, sino también una etapa política. La formulación de tripartito suave tiene varias consecuencias:

a) No es previsible una legislatura corta, y más si se complica la situación internacional. El sistema político español concede una gran capacidad de iniciativa y gestión al Ejecutivo. Los mismos argumentos que se han utilizado para justificar la abstención se utilizarán para aprobar el “techo de gasto” y los presupuestos, con alguna concesión secundaria. Una vez hecho, el Gobierno puede condicionar cualquier propuesta que incremente el gasto.

b) La crisis originada en el PSOE tiene mucha más envergadura que un mero cambio de posición en la votación de investidura. Nadie en su sano juicio, sitúa a su Partido al borde del colapso para una operación relativamente limitada.

El régimen ha sabido recomponerse, como el capitalismo, y adaptarse a una realidad en la que la distribución de las fuerzas políticas ha cambiado y la crisis del bipartidismo no es determinante. Debemos profundizar en la naturaleza de clase de Ciudadanos y Podemos.

Hay que recordar para las faltas de memoria que “el régimen” ya ha hecho en España operaciones de la misma o superior envergadura, como fue la destrucción de la UCD y su sustitución por el PP (antes AP y con sólo 7 diputados).

>> Hemos hablado desde 2008 de que la crisis actual es una crisis global del sistema capitalista, comparándola en profundidad y alcance con la de 1929. Nadie más lo hizo, y eso permitió desarrollar un conjunto de políticas alternativas coherentes. Por tanto, no nos sorprende hablar de crisis de régimen (que sería sólo un aspecto de la crisis del sistema). La cuestión que hay que corregir, es que al igual que nunca dijimos que la crisis capitalista de 2008 era la crisis final del sistema capitalista, tampoco ha sido acertado creer que la crisis de régimen era final, con expresiones como “ahora o nunca” o “un nuevo proceso constituyente” al que no hemos aportado contenidos, y en el que hemos perdido la hegemonía en uno de los aspectos que sí habíamos trabajado, la república federal solidara. Las posiciones confederales no son las nuestras a no ser tras una discusión y acuerdo. Hágase ese debate.

Tampoco es correcto hablar de “fuerzas rupturistas”, cuando los contenidos de esa “ruptura” no están en la opinión pública ni son evidentes en los programas, ni existe una caracterización mínima de lo nuevo, es decir hacía qué se rompe. En la transición, la lucha entre reforma y ruptura, estaba bien caracterizada y la ruptura representaba una democracia representativa avanzada, aunque no se consiguiera.

>> Además, hay que ser cuidadoso en esta nueva etapa con la definición de “ruptura”. En la guerra económica y comercial que se avecina entre los intereses de las grandes empresas, Trump también adelanta el concepto de “ruptura” con la globalización. Trump es un síntoma de los nuevos neocon, y se vende como antisistema desde esas posiciones. Su entrada en escena puede variar el escenario Internacional. Y muy especialmente con la UE. Sin duda nos encontramos ante un reforzamiento del nacional capitalismo.

Debe quedar claro que en la otra orilla de la “ruptura” sólo tiene espacio un nuevo modelo productivo que cree las condiciones para un cambio político que permita la superación del capitalismo (no sólo del neoliberalismo). Lo que hemos llamado un nuevo país. Pero eso sólo lo defendemos nosotros y nosotras. Por tanto hay que resituar toda la política de alianzas y la propia concepción del Bloque Político y Social. Es decir, como construir una alternativa, aquí y ahora, a las políticas neoliberales ejecutadas por el PP y apoyadas por el PSOE, más aún tras la constitución de la gestora, y cuáles pueden ser sus programas viables.

Acierta la declaración política cuando dice que “la correlación de fuerzas entre restauración y ruptura es claramente favorable a la primera”. Y se debería añadir que eso ha aumentado.

Pero ello obliga a, no solamente describir, sino avanzar en el análisis de las causas y sacar las consecuencias para nuestra práctica política. Algo ha cambiado y algo hemos hecho mal. A los datos electorales hay que adjuntar el descenso de la movilización. Una alternativa con criterio de clase no avanza electoralmente con la movilización en retroceso. Discutir en serio y sin echar balones fuera es una necesidad en este aspecto.

>> La crisis del capitalismo se puede dar por superada en lo fundamental desde el punto de vista de los intereses del bloque dominante (aunque hay que atender a las consecuencias de la gestión de la Administración Trump).

Evidentemente, esa superación no se está produciendo a favor de la clase obrera y otros sectores populares. Cómo superar esa derrota debe ser una de las prioridades de nuestro debate.

Se ha producido ya una notable recuperación de la tasa de ganancia del capital, en base a la disminución de los salarios y el retroceso en el modelo de relaciones laborales. El Banco de España estima que en 2017 se podrá dar la crisis por superada. Obviamente, si no hay una nueva recesión.

>> Junto al acierto en la caracterización de la crisis, hemos cometido errores en este período. El fundamental de ellos es que no solamente fuimos incapaces de transmitir en la sociedad esa caracterización global (los sindicatos mayoritarios siempre hablaron de mera crisis financiera, otros de mera crisis monetaria -el euro-), sino que nuestra práctica política real no fue en muchos sitios coherente con esa visión. En nuestras propias filas predominó, en la práctica, una versión de la realidad social que ninguneaba la cuestión de la explotación capitalista para situarse en la mera distribución del excedente. En las instituciones, de forma muy amplia, no mantuvimos las mismas posiciones en los equipos de Gobierno que en la oposición, etc. Esto sigue ocurriendo y lo hace con más claridad aún. En este sentido una tarea urgente es analizar la experiencia de los llamados Ayuntamientos del Cambio.

>> Junto a ello, debemos hacer un análisis crítico y autocrítico de la experiencia que ya tenemos de la confluencia y la coalición con Podemos. Es notoria nuestra falta de visibilidad que dificulta cualquier propuesta hegemónica por nuestra parte y, si no se rectifica, lleva a la supeditación y a la irrelevancia. Seguir insistiendo en el “nuevo espacio político” (un nuevo eufemismo, anticipo del nuevo sujeto político) es seguir asumiendo la subordinación a Podemos: debate de investidura, ausencia en los medios, manifiesto de Oviedo, nuestros silencios hasta escuchar sus pronunciamientos, etc. Es necesario fortalecer a IU, y no para superarla (en el sentido de dejarla atrás o abandonarla, como señala la RAE en una de sus acepciones), sino para ganar en capacidad de influencia y hegemonía. IU no gestiona bien la coalición con Podemos (se pierden 4 de cada 10 votos de IU) y UP e IU no gestionaron bien los resultados del 20D y el 26J: no supimos leer el momento histórico, la correlación de fuerzas y las expectativas de la mayoría social progresista. La autocrítica es necesaria. Consolarse con la crisis del PSOE es absurdo y erróneo, pues dificulta la mayoría social de cambio y esperar que nosotros recojamos el descontento del votante del PSOE sin hacer nada, además de no ser probable (sólo recibimos una parte pequeña de los votos que huyen del PSOE), nos conduce a la autocomplacencia sin revisar la política.

>> Aspiramos a lograr la hegemonía entre las fuerzas populares. Pero la debilidad ideológica de nuestro trabajo durante bastantes años, es evidente. En la nueva situación, es en este campo donde la derrota ha sido más clamorosa, y superar eso una condición indispensable para cualquier futura política de transformación social. No solamente porque nuestra influencia en la sociedad y la cultura es muy limitada, sino porque la ideología dominante es también dominante en el interior de IU.

florB.- Por todo lo dicho, creemos que el debate debe tener los siguientes objetivos prácticos:

a) Superar una visión voluntarista e idealista del conflicto social (en todos los casos manifestaciones directas o indirectas de la lucha de clases). Hay que recordar que para “gestionar” un conflicto hay que ser conocido y reconocido por quienes participan en él. Además de eso tenemos importantes limitaciones objetivas por nuestro número y presencia real. Nuestro trabajo no es sustituir a los sindicatos, sino dar perspectiva general política a cada conflicto y vincular sus aspectos defensivos al cambio de sociedad. Eso no es nuevo.

La implicación en el conflicto social es necesaria pero es insuficiente. Es necesario un discurso claro, que dé certidumbres viables desde la izquierda al mundo del trabajo y las capas sociales precarizadas. Si no, lo hará la derecha (véase la victoria de Trump y el avance de la derecha extrema en Europa).

b) Abandonar la idea medieval de que basta cambiar el significado de las palabras (fundamento de algunas de las tesis del post marxismo, propias de Laclau y otros) para que cambie la realidad. Esto nos está llevando a errores importantes.

c) Recuperar la idea de que los llamados “espacios” políticos son idealizaciones vacías sin los procesos que en ellos se desarrollan, es decir sin los tiempos políticos. Eso permite entender la acumulación y la correlación de fuerzas.

d) Reforzar la vinculación de IU con los sectores sociales que quiere representar y con sus organizaciones. Son los que trabajan quienes paralizan un país y quienes amenazan con mayor profundidad el dominio del capital. Eso no se puede hacer sin los trabajadores organizados en sindicatos. Hay que fortalecer las relaciones con ellos y mejorar nuestro trabajo para influir democráticamente.

e) Combatir con fuerza el nuevo revisionismo que niega el papel transformador de toda la izquierda, privando así al movimiento obrero de sus experiencias y del análisis concreto de aciertos y errores, descargando toda la responsabilidad de la debilidad de la izquierda sobre el pasado, con lo que se ignora el papel de nuestros adversarios en la lucha de clases y nos auto impedimos la corrección de los errores del trabajo actual.

Todo esto no es un debate teórico, sino eminentemente práctico.

>> Hoy es fundamental discutir cual es el nivel de alianza/confluencia que corresponde al criterio de clase con el que cada fuerza política se dota. Y hacerlo a la luz de las experiencias ya habidas y de las posiciones políticas que cada uno adopta.  Debemos caracterizar a las posibles fuerzas aliadas, con un criterio objetivo y respetuoso (que incluye no participar en ninguna de sus luchas internas), recuperar nuestra independencia de análisis y valoración, tanto en los contenidos como en los tiempos. Hay que construir alianzas políticas y sociales en base a programas y políticas concretas y no sobre teorizaciones justificativas de decisiones ni conocidas ni discutidas y, sin embargo, ya tomadas.

Aprobamos acuerdos políticos y programáticos de geometría variable. Si creemos que el “cambio de régimen” va a venir de un sorpasso electoral en el campo de la izquierda que “obligue” al PSOE a subordinarse en un gobierno de coalición, es que no hemos entendido ni lo que nosotros mismos decimos.

Todo lo anterior implica también,

a) Un debate político e ideológico sobre el populismo, en todas sus formas, y contra el social liberalismo. Sin ello, seguiremos careciendo de fundamentación suficiente para crear hegemonía.

b) Incrementar el rigor en nuestras posiciones políticas y en su comunicación. Es necesario profundizar en construir alternativas solventes a los asuntos nucleares de nuestra sociedad, pues la realidad ha cambiado mucho en estos años: mercado de trabajo, salida de la crisis, precarización, pensiones, inmigración, aumento de las desigualdades, violencia de género, modelo de Estado, etc. No valen ya las consignas, las ideas preconcebidas o las soflamas para convencidos. La hegemonía que permite encabezar a la mayoría social no se construye desde la visceralidad ni desde la ocurrencia y esa mayoría social debe tener claro qué políticas se proponen. Hay que explicarse bien con esa mayoría, con respeto, no desde el paternalismo.

c) En aras del rigor, hay que dejar de utilizar de forma generalizada la expresión “la gente”. Porque no responde a un único colectivo. Hay muchos tipos y grupos de gente. Pues bien, hay “mucha” gente que quiere cambios, pero no quiere problemas y compromiso. De ahí la necesidad de modular y dotar de contenidos concretos a términos como ruptura o conflicto. Y como, lamentablemente, esa gente recibe sus análisis desde los medios y tiene una experiencia propia muy limitada y condicionada por el temor, son capaces de comprar el concepto de cambio vendido por Trump, y sus próximos en Europa. Por eso, hay que tener mucho cuidado con subirse al carro de los discursos y de los métodos populistas Discursos contra la política (por cierto, un residuo del franquismo sociológico) como el ”todos los políticos son iguales” (ahora, “menos nosotros”). Podemos estar abonando un campo para que otros lo cosechen. Tampoco hay que confundir la alegría y frescura en nuestros mensajes con la ocurrencia chabacana.

d) Recuperar la creación de empleo como la base fundamental de nuestra propuesta política y programática. Ya que no es así en el Programa de los 50 puntos de Unidos Podemos, situarlo prioritariamente en nuestra actividad institucional y en nuestra práctica política.

florFinalmente, entendemos que una confluencia política y organizativa que no esté dirigida por un criterio de clase no sería útil para ninguna de las fuerzas implicadas.

Hemos redactado este documento más como una propuesta de temas que de conclusiones, porque entendemos que el debate es común y las conclusiones también han de serlo.

Esperamos que te sea útil.

Nota

Notas para un debate en IU ante los nuevos hechos políticos y la nueva realidad, es un documento realizado por el equipo de elaboración de “IU, sí”. Es decir, su autoría emana de personas elegidas en el ámbito de la candidatura de “IU, sí; con más fuerza” que forman parte de la Coordinadora Federal (antigua Presidencia Federal), órgano que se reunió el pasado sábado día 12 de noviembre.

Tras la reunión,  y al objeto de propiciar el debate que es necesario en toda la organización, es por lo que aportamos este documento con la intención de que sirva para situarnos en el desarrollo y profundización del mismo. No queremos hacer un debate académico, sino avanzar en valoraciones que permitan una práctica política lo más correcta posible ante hechos nuevos de excepcional relevancia que han aparecido ante nosotros y nosotras; como son la victoria de Trump, la formación del nuevo Gobierno y la situación del PSOE. Todo ello requiere un debate serio y profundo.

Os pedimos colaboración a todos y todas los que estéis interesados en que el debate se produzca y sea útil, para que este documento alcance la máxima difusión entre la afiliación y simpatizantes de Izquierda Unida.

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